La píldora del día después, Uso o Abuso

“La pastilla del día después, se ha convertido en una forma “fácil” de evadir una responsabilidad; en una forma silenciosa de destruir el milagro de la vida. La ignorancia ha puesto sus frutos en la cabeza de las jóvenes que actualmente llevan una vida sexual activa; mientras que la misma ciencia les da la salida para seguir llevando una vida irresponsable, sin importar las consecuencias que esto traiga para su cuerpo, ni condenar al feto a una muerte callada y oculta, pero no por esto deja de ser menos injusta”. Jessica Sandoval, madre cabeza de familia.

La desinformación y la liberación sexual hacen parte de la cultura actual, entre los padres enrojecidos ante preguntas comprometedoras y sin una respuesta porque no saben temas de educación sexual y algunos jóvenes que piensan en romances de una noche o simplemente en la posibilidad de un embarazo no deseado ya tiene solución, la pastilla del día después se convierte en la salvación para los adolescentes, en una salida que se transforma en una costumbre. Una pastilla y se acabó el problema.

Con una educación sexual seria, objetiva, sin tabúes, y basada en el amor y la responsabilidad, los anticonceptivos de emergencia dejarán de ser uno de los productos más comprados y solicitados por los jóvenes en el mercado farmacéutico. La demanda de este anticonceptivo, más conocida como la “pastilla del día después”, se ha incrementado notablemente en los dos últimos años. Un estudio hecho por Germán Salazar, director de la Red Colombiana de Jóvenes Líderes en Salud Sexual y Reproductiva, encontró que hay niñas que en un año se toman hasta 20 píldoras del “día después”.

Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, en el año 2008 en Colombia, una de cada cinco adolescentes entre 15 y 19 años estuvo embarazada; e igualmente revela que la maternidad precoz es la preocupación del 80,6% de los jóvenes.

Un embarazo precoz genera altos costos sociales en la vida de algunas jóvenes madres y de sus familias: La desintegración del núcleo familiar, el maltrato infantil, los proyectos de vida truncados, la pobreza y la violencia, son los aspectos que hacen que los adolescentes sientan temor a un embarazo. Pero a pesar de ello no acuden a métodos de planificación sino que el 21.6% de los jóvenes Colombianos manifiestan haber utilizado la píldora del día después.

Según Profamilia, organización Colombiana que aboga por la salud sexual y reproductiva, las pastillas del día después contienen progestágeno, un derivado hormonal que impide o retrasa la ovulación y dificulta el paso de los espermatozoides hacia el óvulo, evitando así la fecundación después de una relación sexual sin protección. Las mujeres deben utilizar la pastilla del día después sólo cuando se rompe el condón, han dejado de utilizar métodos anticonceptivos, cuando fueron víctimas de abuso sexual.

Pero el problema radica no solo en la falta de conocimiento de las jóvenes, de las consecuencias del consumo de esta píldora sino, más grave aún que se consigue fácilmente en las droguerías, lo cual promueve y aumenta su uso y la venta indiscriminada e irresponsable. Un droguista que prefirió el anonimato, aseguró que la más popular es Postinor2 y que nunca pide fórmula médica para venderla.

Germán Salazar, director de la Red Colombiana de Jóvenes Líderes en Salud Sexual y Reproductiva, advierte que se trata de un fenómeno alarmante que demuestra los vacíos que existen en nuestro país en materia de educación sexual, que es necesario que a los jóvenes se les hable sobre la importancia de llevar una vida sexual responsable, de planificar y protegerse para prevenir no solo embarazos no deseados sino el contagio de enfermedades de transmisión sexual, tarea que debe ser reforzada por los docentes, los padres y por el propio Estado.

Escrito por:

Gisella N. Álvarez Sandoval